lunes, 18 de marzo de 2013

  LAS SEMILLAS Y SUS BENEFICIOS



El cultivo y consumo de semillas siempre resulta gratificante. Todo parte de una semilla minúscula, en apariencia muy simple, pero cuya vitalidad le permitirá formar raíces, tallos y hojas. La introducción de semillas en nuestra alimentación no solamente aumenta el valor nutritivo de nuestros platos sino que además, si somos capaces de elevar nuestra conciencia, podremos beneficiarnos de la fuerza que nos ofrecen.
¿QUÉ ES UNA SEMILLA Y DÓNDE SE ENCUENTRA?
Una semilla es una planta que está esperando su momento. Es un óvulo fecundado que contiene un embrión perfectamente programado para dar lugar a un árbol, un arbusto, una hierba… Basta con proporcionarle calor, humedad y luz para que pueda crecer y embellecer.
En el momento en que las condiciones sean favorables para que el embrión deje su estado latente, empezará el proceso de germinación, desarrollándose posteriormente una nueva planta.
Las semillas se encuentran dentro de los frutos. Las hay de distintas formas y tamaños; por ejemplo, en las manzanas y las peras encontramos las pepitas; en los melocotones y ciruelas encontramos un hueso que a su vez en su interior alberga la semilla; en las leguminosas encontramos las semillas dentro de las vainas… y así en muchas otras plantas.
LAS SEMILLAS EN NUESTRA ALIMENTACIÓN
En esta última década, como ingredientes, las semillas han cobrado mayor importancia en la alimentación y en la gastronomía. No es nada sorprendente encontrar en la mayoría de panaderías variedades de pan y galletas elaboradas con linaza, sésamo, amapola, comino… También en restaurantes nos encontramos con platos ornamentados con pipas de girasol, pipas de calabaza; así mismo en tiendas y herbolarios podemos comprar una variedad muy amplia de productos elaborados con semillas, sin olvidar las ricas y saludables tisanas e infusiones.
En líneas generales, las semillas destacan por su alto contenido en fibra, razón por la cual contribuyen a mantener la salud intestinal de nuestro organismo y a proteger las mucosas de los intestinos, favoreciendo así la actividad de los movimientos peristálticos. También son destacables los ácidos grasos insaturados y los minerales. Algunas de las semillas que más se benefician de estas propiedades son: el sésamo, la linaza, el girasol y la calabaza.
Sin embargo, si nos comemos las semillas enteras, hay que tener en cuenta que nuestro cuerpo no está preparado para digerirlas. Entonces, ¿cómo se aprovechan los beneficios tan importantes que ofrecen?
El proceso de digestión empieza en la boca. Con la masticación y la salivación ya estamos preparando el alimento para que cuando llegue a nuestro estómago siga con la segunda fase de la misma. Para aprovechar los nutrientes de las semillas, las podemos masticar, moler, infusionar, extraer sus aceites (siempre en primera presión en frío) y germinar, uno de los mejores métodos.
La germinación de las semillas
Germinar es crear las condiciones adecuadas e idóneas para que la vida que habita en cada semilla despierte. El nacimiento de una planta es un proceso complejo que se desarrolla, en gran parte, bajo tierra, y que por tanto, el jardinero no puede observar.
Cuando las condiciones son optimas, empieza el proceso de germinación.
A medida que la semilla se va llenando de agua, va aumentando su volumen y sus paredes se van reblandeciendo. La primera raíz que la traspasa se llama radícula, hasta que finalmente salen las primeras hojas.
En comparación con otros alimentos, los germinados son la máxima manifestación de lo vivo gracias a su fuerza de crecimiento. Los germinados contienen todos los nutrientes concentrados de la futura planta (vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y oligoelementos). Son una de las mejores opciones para aumentar el valor nutritivo de nuestros platos y se pueden añadir a multitud de ensaladas o usarlas como condimentos.
Los germinados son alimentos de fácil digestibilidad, desintoxicantes y reconstituyentes, ayudan a nuestro organismo a mantenerse sano y fortalecen el sistema inmunitario.
El proceso de germinación se puede observar en casa utilizando un germinador o haciéndolo nosotros mismos:


Hay semillas menos conocidas pero de relevante importancia que nos pueden sorprender:
Semilla de anís verde (Pimpinella anisum)
Planta originaria de los países de oriente medio, utilizada desde tiempos remotos y muy apreciada por griegos, egipcios y romanos sobretodo en la elaboración de panes, tortas y licores. Su cultivo se extendió por el mediterráneo siendo hoy día España uno de los principales productores.
Las semillas de anís tienen múltiples usos en la cocina y en repostería pero sus más destacadas propiedades la hacen muy versátil en la elaboración de infusiones, tisanas y preparados.
Propiedades medicinales (frutos y semillas):
- Digestiva: muy útil en digestiones lentas, pesadas y gastritis. Limpia los intestinos. Masticando unas pocas semillas se elimina la halitosis (mal aliento).
- Antiespasmódica y carminativa: reduce los molestos gases del estomago, muy útil para flatulencias y cólicos. Se aconseja la preparación de infusiones de anís para los niños y lactantes en casos de gases y diarreas.
- Expectorante: facilita la eliminación de mucosidades de las vías respiratorias.
- Balsámica: suaviza y calma los bronquios, muy útil para personas que dejan de fumar.
- Galactógena: aumenta la producción de leche. Las madres lactantes que tomen infusión de anís, además de producir más leche, también beneficiaran al bebé de todas sus propiedades.
Se aconseja consultarlo antes con el médico ya que hay personas con hipersensibilidad
a éste tipo de plantas.
Semilla de fenogreco (Trigonella foenum-graecum)
Planta originaria del sureste de Europa y el oeste de Asia. Actualmente se cultiva en casi todo el mundo. La parte más importante de la planta son las semillas. Éstas se encuentran dentro de una vaina (fruto de la planta) y son de color amarillo.
El interés por las semillas se debe tanto a sus propiedades medicinales como a su uso gastronómico.
Para emplearlas en la cocina se utilizan las semillas secas. Son muy aromáticas y de intenso sabor. Se utilizan para la elaboración del curry. Se deben usar con moderación. También se pueden tostar o moler.
Tiene propiedades digestivas (alivia ardores causados por reflujos gástricos), antinflamatoria, diurética y antibacteriana.
Semilla de comino (Cuminum cyminum)
Planta originaria de Siria y Egipto. En su fruto y en las semillas se encuentran los principios activos y todos los nutrientes concentrados.
Tiene distintos usos:
- Culinario: se puede utilizar entero o molido como condimento.
- Terapéutico: actúa como tónico estomacal, digestivo, carminativo, analgésico y antimicrobiano. El aceite de comino extraído de las semillas se emplea como complemento alimentario por sus propiedades nutritivas (muy útil en personas que tienen poca vitalidad). Usado en cataplasmas es antinflamatorio y alivia dolores musculares.
- Componente en perfumerías y cosmética
- Aplicaciones en medicina veterinaria: inhibe el crecimiento de algunos hongos.
Existen varias clases de comino según el color de las semillas y la intensidad de su aroma: comino blanco y comino negro (Cuminum nigrum).

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